jueves, 15 de junio de 2006

La cuchara mágica

Había una vez un niño llamado Robert G. Laminado que odiaba mover las manos para comer y sus padres le compraban cucharas para comer y Robert ya estaba arto de tantas cucharas, pero era su culpa porque Robert no le había dicho a sus papás que odiaba las cucharas y más aun mover las manos para utilizar la cuchara y menos comer con ella, entonces de tantas cucharas venía una mágica y justo esa le tocó a Laminado, entonces empezó a comer y a Laminado se le cayó la cuchara y automáticamente la cuchara se fue al plato, saco un poco de comida y Robert por el susto, no abrió la boca y la comida se cayó al suelo, la cuchara fue al suelo y apareció una mini-escoba y una mini-pala y se puso a recoger la comida y la botó a la basura, después la cuchara sacó comida otra vez y Laminado abrió la boca y se la comió, la cuchara esperó 30 segundos y volvió a hacer lo mismo, entonces Robert se acostumbró y no volvió a ocupar las manos para comer, o bueno hasta que se le oxidó la cuchara.

6 comentarios:

Gonzalo Araya dijo...

Me reí mucho con tu cuento. Sobre todo con el final. Es muy simpático.

Muchos besitos mi pollito lindo

Papá

Jaime Ceresa® dijo...

Me mate de la risa con eso de hasta que la cuchara se oxido...eres demasiado creativo Diego.-

Un abrazo.-

Aristóteles dijo...

La segunda parte del cuento puede ser: El tenedor mágico.

Un abrazo y muchas bendiciones.

Elisa de Cremona dijo...

jajajaja qué buen cuento!
cómo se te ocurrió ponerle Robert G. Laminado??? por qué??

Yvette Reydet Saieh dijo...

Jajajajjajjaa que buena lo de "se le oxidó la cuchara" me reí mucho!!!!

Yve

Anónimo dijo...

buscaba una historia que contar a los niños de mi clase y lo que buscaba era sobre la cuchara y encontre tu cuento esta genial!!