sábado, 24 de mayo de 2008

La paloma blanca

Había una vez una paloma muy pero muy blanca que se llamaba Pericles, era una paloma muy juguetona que siempre esperaba las mejores oportunidades para poder aprender a volar pero no podía, hasta que a las 3 semanas después de su nacimiento aprendió porfín a volar, y aprendió a buscar su propio almuerzo, y casualmente Pericles estaba comiendo cuando encontró otra paloma blanca que se llamaba Blanca y que entre ambos se gustaron y se hicieron pololos hasta que un día encontraron una casa donde vivir, e hicieron un nido para tener los 10 mil huevos que puso Blanca y cada paloma que nació era completamente muy blanca y hermosa, excepto una paloma que tenía una mancha verde en la cabeza y eso la hacía ser única en su especie porque tenía una mancha verde y esa mancha ninguna paloma la tenía así que un día esa paloma con la mancha verde se volvió un día el rey del mundo de las palomas, y Pericles vivió muy feliz con sus hijos y su polola por toda la vida.

3 comentarios:

Gonzalo Araya dijo...

Pollito, por fin un cuento.... que bueno.

Y nuestro Pericles se casó y no nos invitó y además nos visita muy poco. Ese Pericles...

Un besito mi amorcito chico

Yvette Reydet Saieh dijo...

Me encantó la historia de Pericles, genial su polola y los mil huevos!!! uf ella si que es una súper mamá!

A lo mejor alguna vez llega a tu balcón el hijito de Pericles con su mancha verde... no le habrá caído una gota de pintura??? jajaja

Un beso mi pollito, que bueno que volvió a escribir.

Yve

Shinnosuke dijo...

... algo raro, pero igual esta bueno