
Cuando la impresora crecio un poco más, ella tenía tinta que no se gastaba nunca y yo podía imprimir por mucho tiempo que quisiera, hasta que un día raramente la mamá de la impresora llegó pidiendo a su hijo y me dió mucha pena entonces la mamá me vió y dijo que se iba a quedar con mi papá para estar junto a su hijo y todos quedaron felices con tinta que nunca se gastaba y una impresora muy buena.
8 comentarios:
Ojalá tuviera yo una impresora como esa, con tinta que no se acabara nunca. ¡¡Sería fabuloso!!
Muy simpático tu cuento, mi pollito lindo
Te amo
hola nuevamente, que imaginacion la tuya ahh, muy bien ¡¡
comparto la opinion de GONZALO.
Ojala tuviera una impresora con eterna tinta.
Obviamente la mia no es nada magica.
a los mas su tinta debo reemplazarla cada 30 dias. un abrazo.
Esta super bueno tu cuento, que gran imaginacion.
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Genial! Bien por la impresora que se quedó con su familia... y bien por tu familia que nunca gastó más tinta:)
Un abrazo y sigue escribiendo, lo haces muy bien!
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:c
No a lo TACA TACA :v
Esta bien el cuento
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