miércoles, 13 de abril de 2005

El perro que no sabía ladrar

Había una vez un perro que no sabía ladrar. No ladraba, no mugía, no relinchaba, no sabia decir nada. Era un perrillo solitario. A saber cómo había caído en una región sin perros. por él no se habria dado cuenta de que le faltara algo. Los otros eran los que lo hacian notar. Le decían:

-¿pero tú no ladras?
-No sé... soy forastero...
-Vaya una contestación. ¿No sabes que los perros ladran?
-¿Para qué?
-Ladran porque son perros. Ladran a los vagabundos de paso a los gatos despectivos, a la luna llena. (...)
-No digo que no, pero yo...
-pero tu ¿qué? Tu eres un fenómeno, oye lo que te digo: un día de estos saldras en el periodico
El perro no sabía como contestar a esas críticas. No sabía ladrar y no sabía que hacer para aprender.
-Haz como yo una vez le dijo un gallito que sentía pena por él. Y lanzo dos o tres sonoros kikiriki
-Me parace díficil dijo el perrito
-Qué va, es ¡facílisimo! Escucha bien y fijate en mi pico.
Vamos, mírame y procura imitarme.
El gallito lanzo otro kikirikí.
El perro intento hacer lo mismo, pero solo le salio de la boca un desmañanado "keké" que hizo salir huyendo aterrorizadas a las gallinas.
-No te preocupes -dijo ell gallito -, para ser la primera vez esta muy bien. Venga, vuelve a intentarlo. Lo intentaba todos los días. Practicaba a escondidas, desde por la mañana hasta por la noche. A veces, para hacerlo con más libertad, se iba al bosque.
Una mañana, presisamente cuando estaba es el bosque, consiguió dar un kikirikí tan autentico, tan bonito y tan fuerte que la zorra lo oyó y se dijo: "Por fin a venido el gallo a mi encuentro". Correré a darle las gracias por la visita... E inmediatamente se echo a correr, pero no olvido llevarse el tenedor, el cuchillo y la servilleta porque para una zorra no hay comida más apetitosa que un buen gallo. (...)
-¡Ah! -dijo la zorra- ¡conque esas tenemos! Me has tendido una trampa.
-¿Una trampa?
-Desde luego, me haz hecho creer que había un gallo perdido en el bosque y te has escondido para atraparme. (...)
-Te aseguro que yo... Verás, no pensaba en absoluto cazar. Vine para hacer ejercicios.
-¿Ejercicios? ¿De que clase?
-Me ejercito para aprender a ladrar. Ya casi eh aprendido, mira que bien lo hago.
Y de nuevo un sonorísimo kikirikí.
La zorra creia que se iba a reventar de risa. Se revolcaba por el suelo, se apretaba la barriga, se mordía los bigotes y la cola. Nuestro perrito se sintio tan mortificado que se marcho en silencio, con el hocico abajo y lagrimas en los ojos. (...)
Justamente en aquellos días se levantó la veda. Llegaron al bosque muchos cazadores, también de esos que disparan para todo lo que oyen y ven. Dispararían a un ruiseñor. Si que lo harían Pasa un cazador de esos, oye salir de un matorral cucú... cucú (que en realidad era el perro practicando otro sonido), apunta el fusil y
-¡bang!-¡bang!- dispara dos tiros.
Por suerte los perdigones no alcanzaron al perro. (...)
Mientras el cazador busca al pájaro. Estaba convencido de que lo había matado.
-Debe habérselo llevado ese perrucho, a saber de dónde habrá salido -refunfuñaba. Y para desahogar su rabia disparo contra un ratoncillo que había sacado su cabeza fuera de su madriguera, pero no le dio. El perro corría y corría. De rrepente se detuvo. Había oído un sonido extraño. Hacía guau guau. Guau Guau.
- Esto me suena -pensó el perro-; sin embargo, no consigo acordarme de cúal es la clase de animal que lo hace.
-Guau guau. (...)
-Vaya, otro perro.
Sabeis, era el perro de aquel cazador que había disparado poco antes cuando oyó el cucú.
-Hola, perro.
-Hola, perro.
-¿Sabrías explicarme lo que estas diciendo?
-¿Diciendo? Para tu conocimiento yo no digo, yo ladro.
-¿Ladras? ¿Sabes ladrar?
-Naturalmente. No pretenderás que barrite como un elefante o que ruja como un león.
-Entonces, ¿Me enseñaras?
-¿No sabes ladrar?
-No.
-Mira y escucha bien, se hace así: Guau Guau...
-Guau, Guau -dijo en seguida nuestro perrito. Y, conmovido y feliz, pensaba para sus adentros: " Al fin encontre al maestro adecuado".

Gianni Rodari, "El perro que no sabia ladrar",
en cuentos para jugar, Ed. Alfaguara, Madrid,
2003 (adaptación)

10 comentarios:

Gonzalo Araya dijo...

Súper lindo el cuento del perrito. Sigue así, pues me entretengo leyendo tus cuentos

Anónimo dijo...

gracias te amo mucho

Gonzalo Araya dijo...

gracias te amo mucho

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

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Yosepo Tuma dijo...

una amigo mío copió esta prosa y la puso en un concurso y gano en 2007. ahora sé que ganó injustamente. Protege tu documento

Anónimo dijo...

Es un cuento de Gianni Rodari...

Anónimo dijo...

Muy suave pero le faltaron unas partes de cuanto que no estaban completas !!! Pero muy buenoooo!!!

Unknown dijo...

Muy bueno

Unknown dijo...

Veo que no citas al autor, ¿es el cuento de Gianni Rodari, pero le has cambiado el final?