
Un sábado asoleado en Santiago por la mañana me fui a la playa con mi mamá en el bus hasta Quintero, pero casi nos devolvimos porque la chapa estaba pegada o alguien trato de entrar y dobló la chapa, pero igual con la ayuda del maestro de las casas de allá levantó la puerta y se abrió.
Como mi jardín estaba tan bonito decidí plantar algunas cosas mas, y fue quedando más y más bonito con la ayuda del maestro quien siempre que yo no estoy lo riega muy feliz.
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