viernes, 22 de septiembre de 2006

Las mantas del poder

Había una vez una niña que se llamaba Manti y que estaba obsesionada con las mantas, en especial las mantas de muchos colores y que brillaban, entonces vio en una multitienda que había dos mantas por $1.500 y fue al tiro a comprarlas y cuando se las puso, empezó a volar, y se fue a su casa volando, como si la manta le diera poderes de volar y poder aprender a manejar apenas uno se la pusiera y se puso la otra combinada con la de volar, y eso le dio rayos láser, súper fuerza y oído súper sensible para poder escuchar al que pidiera auxilio, o cuando robaran de a parte.


Cuando Manti estaba descansando, escucha una llamada de auxilio y va rápidamente a la escena del crimen, y ve que a un joven le habían robado su auto, y como el auto iba a 200 Kilómetros por hora y fue muy difícil alcanzarlo, pero de todas formas lo alcanzó y se lo devolvió al joven y fue haciendo cosas para salvar a la gente por lo menos un millón de beses por día y ya estaba muy cansada que llegó a abandonar las mantas, pero cuando se las sacó seguían los poderes y como tenía poder de volar, se puso un casco y se fue al espacio para donar los poderes, y cuando llegó a otra galaxia vio a la primera cosa viviente y le donó los poderes, y como estaba tan acostumbrada a salvar personas, se lanzó al aire y de todas formas voló pero se demoró lamentablemente en llegar a su galaxia y a su planeta 25 años, pero llegó y estaba muy bien y no tenía ni una gota de hambre, pero al día siguiente, le vino un hambre feroz y llegó a comer tanto que la niña chica llamada Manti quedó como una adulta gigante y muy gorda.

3 comentarios:

Gonzalo Araya dijo...

Que entretenido tu cuento. Pobre Manti, terminó gigante y gorda y lo único que hizo fue ayudar a la gente....pobrecita

Un besito

Papá

Anónimo dijo...

Hola, muy interesante el articulo, saludos desde Panama!

Anónimo dijo...

Felicitaciones, muy interesante el articulo, espero que sigas actualizandolo!