jueves, 3 de enero de 2008

Las semillas mágicas

Había una vez un niño que se llamaba Deltryo que le encantaba coleccionar semillas de todo tipo, tenía semillas de tomates, de de sandía, de árboles con distintos frutos pero un día Deltryo decidió cambiar toda su colección de semillas por 10 semillas de distintos colores pero sacadas de un mismo árbol, y extrañamente el árbol era de Marte pero decidió plantar esas semillas porque Deltryo era muy curioso y quería saber que pasaría si plantaba unas semillas en su patio, y como no pasó nada se fue a descansar porque tuvo un día muy pesado y muy difícil, y se quedó profundamente dormido. Luego cuando despertó vio que su casa estaba entera destruida por los extraterrestres, y Deltryo dedujo al tiro que esos extraterrestres habían salido del árbol porque venía de Marte y más en cima el árbol tenía un gran tamaño y también vio que los extraterrestres estaban volviendo el planeta Tierra en algo así como un segundo “planeta rojo” y que ya les faltaba poco para dar la vuelta el mundo y terminar de hacer un segundo Marte y Deltryo se puso a pensar que de ese árbol habían salido los extraterrestres y que si cortaba ese árbol los extraterrestres desaparecerían y empezó a cortarlo, estuvo como 1 hora tratando de cortarlo pero lo cortó al fin y se dio cuenta de que todo era una ilusión provocada por ese árbol, y Deltryo se prometió el mismo que nunca más hablaría con extraños y tampoco nunca más cambiar semillas a extraños.

2 comentarios:

David Wilson dijo...

Diego, sabia desición que tomo Deltryo de no hablar con extraños ni menos cambiar semillas venidas de otros lugares del universo .Me encanto el cuento y te felicito , sigue asi escribiendo cuentos magicos. cariños nervishito SHIIIII......

El Araño.

SALOMÓN BORRASCA dijo...

SINDICATO DE ESCRITORES DE INTERNET

BOLETÍN DE PRENSA No. 01

Antes de creada la Internet la propiedad intelectual era rigorosamente respetada por editoriales, disqueras y demás empresas que dependían del talento artístico. Aparecida la web, sus propietarios se convirtieron en las únicas personas con licencia para violar todas las normas de propiedad intelectual. Muchas editoriales quebraron al igual que sus autores, pues tan pronto salían los libros al mercado su contenido aparecía publicado en blogs con editores desconocidos, esto desde luego con total complicidad de Google, que entre otras cosas estimula a crearlos. Google es el mayor pulpo de la piratería, y ha llegado la hora de que escritores, poetas y editores de libros tomemos cartas en el asunto. Google no se puede escudar en el pluralismo de la web para violentar descaradamente la propiedad intelectual. Se debe legislar al respecto, alguien los tiene que poner en cintura, pues Google se está convirtiendo en una amenaza para el talento artístico. Anuncio la creación de un sindicato de escritores de blogs, pues nuestro trabajo merece respeto. En el caso particular he visto como muchas de mis historias eróticas aparecen en diferentes blogs con títulos diferentes y omitiendo mi nombre como autor.
SALOMÓN BORRASCA