lunes, 18 de abril de 2005

El lago caído del cielo

Hace mucho tiempo, en una ciudad muy austral de Chile, había un lindo lago que era muy visitado por los patos silvestres, tan comunes en nuestro país. Estos patitos jugaban encantados en sus aguas: se sumergían por mucho rato y salían muy lejos, haciendo competencias con los otros patitos para ver quien llegaba más lejos.

Un día muy frío de invierno, en que cientos de patitos jugaban en el lago, sucedió un hecho increíble: bajó tanto y tan rápido la temperatura que congeló casi instantáneamente las aguas del lago, con los patitos adentro que no alcanzaron a salir. Pero tan impresionante como el congelamiento de las aguas fue lo que sucedió enseguida. Todos los patitos se pusieron a batir sus alas, con tanta fuerza que comenzaron a elevarse ¡con el lago congelado en sus patitas!

Y así tomaron altura y enfilaron rumbo hacia el norte. Como a la altura de La Unión, bella ciudad de la X Región, ya comenzaba a derretirse el lago y decidieron bajar en un lugar que se veía adecuado.

Todos los patitos bajaron entonces en ese lugar, posando el lago cerca de esa ciudad y siguiendo felices con sus juegos en el lago. Los lugareños asombrados de ver que tenían un lago caído del cielo le pusieron por nombre Ralco, que en lengua mapuche significa “agua del cielo”.